En Octavio Paz culmina de forma brillante una idea que vertebrará con enorme fuerza toda su poesía y su pensamiento critico-poético, esta idea es la crisis del lenguaje y está inscrita en uno de sus mejores trabajos, los signos en rotación.
Singularidad y multiplicidad de intereses marcan su obra, todos los grandes movimientos del siglo XX, desde el surrealismo hasta el estructuralismo, convergen en su ambiciosa trayectoria. Tanto en sus primeros poemas como los últimos, se mostrará como un consumado experimentador del lenguaje, desarrollando una poesía muy personal, rica en imágenes e inclasificable.
Durante su última estancia en Sevilla, nos manifestó la respuesta incrédula de los lectores a la ruptura de la esencialidad de cierta imitación que había agotado los campos discursivos de la poesía. El, proveniente y atento siempre a lo mejor vanguardia y poesía moderna, desdeñaba la línea versal y propugnaba una retórica que desplegara sensaciones con una sugerente idea de fluidez, rechazando ese estilo sucesivo y de tono sostenido que había caracterizado a la poesía de sus comienzos. La falta de retención retórica y el riesgo de esta expresión lo resolvía con magníficos y asiduos contrapuntos de versos menores, cito como ejemplo y sin tener a mano sus topoemas, una especie de poesía espacial.
Nos leyó el poema Decir.hacer, tenía la intención de cambiar su dibujo, cosa que finalmente no sucedió y que aperció en su libro Arbol adentro.
DECIR, HACER
A Roman Jakobson
Entre lo que veo y digo,
Entre lo que digo y callo,
Entre lo que callo y sueño,
Entre lo que sueño y olvido
La poesía.
Se desliza entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
Idea palpable,
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en las páginas
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos
tocar
el cuerpo
de la idea.
Los ojos
se cierran
Las palabras se abren.
Singularidad y multiplicidad de intereses marcan su obra, todos los grandes movimientos del siglo XX, desde el surrealismo hasta el estructuralismo, convergen en su ambiciosa trayectoria. Tanto en sus primeros poemas como los últimos, se mostrará como un consumado experimentador del lenguaje, desarrollando una poesía muy personal, rica en imágenes e inclasificable.
Durante su última estancia en Sevilla, nos manifestó la respuesta incrédula de los lectores a la ruptura de la esencialidad de cierta imitación que había agotado los campos discursivos de la poesía. El, proveniente y atento siempre a lo mejor vanguardia y poesía moderna, desdeñaba la línea versal y propugnaba una retórica que desplegara sensaciones con una sugerente idea de fluidez, rechazando ese estilo sucesivo y de tono sostenido que había caracterizado a la poesía de sus comienzos. La falta de retención retórica y el riesgo de esta expresión lo resolvía con magníficos y asiduos contrapuntos de versos menores, cito como ejemplo y sin tener a mano sus topoemas, una especie de poesía espacial.
Nos leyó el poema Decir.hacer, tenía la intención de cambiar su dibujo, cosa que finalmente no sucedió y que aperció en su libro Arbol adentro.
DECIR, HACER
A Roman Jakobson
Entre lo que veo y digo,
Entre lo que digo y callo,
Entre lo que callo y sueño,
Entre lo que sueño y olvido
La poesía.
Se desliza entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
Idea palpable,
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en las páginas
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos
tocar
el cuerpo
de la idea.
Los ojos
se cierran
Las palabras se abren.
8 comentarios:
Magistral poema, Ocatavio Paz es un lujo de nuestra lengua.
Sus detractores olvidan que es un poeta atemporal, que viene desde los lejanos tiempos y se extiende con sus versos hasta los tiempos que aún quedan por venir. Hay en él una maravillosa mezcla de movimientos, como bien apuntas, desde el modernismo a la vanguardia, y una voz personalísima cercana a la tierra, al corazón, y al universo...
Enorme, Paz. Lo conocí en Sevilla, entre los setos de boj del Alcázar, cuando vino a hablar de quien fue su amigo, Luis Cernuda. Pronto dejaré una estampa de él en Fuego con nieve. Saludos.
Me interesa mas el ensayista y sus posiciones históricas y políticas, sin dejar de reconocer al gran poeta.
Antonio, Marisa, le debemos estar agradecidos, aparte de por su extraordinaria obra, por la defensa que hizo de su lengua materna y de su tradición frente a otros escritores de su continente, su madre era andaluza y siempre sintió un sincero y profundo interés por España y por Andalucía en particular. Antonio, creo que lo hemos comentado en alguna ocasión, Mayo del 88, con motivo del I Congreso Internacional sobre Cernuda, del que nos contó cosas curiosas, todo un privilegio para los que le conocimos, leeré con el mayor interés tu entrada. Alberto, tocas un aspecto importantísimo de su vida, la trayectoria de Paz en lo histórico y político es sumamente destacada, y con su gran país, con sus luces y sus sombras.
Gracias por vuestros comentarios y un abrazo a todos.
La dedicatoria a Jakobson es toda una declaración de intenciones. Paz es inmenso y el poema es una maravilla. Gracias por traerlo. Y felicidades por la bitácora, creo que me estreno comentando aquí. Un saludo.
Gracias a ti, Juan Manuel, por tu visita.
can you email me: mcbratz-girl@hotmail.co.uk, i have some question wanna ask you.thanks
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