martes, 9 de agosto de 2011

OTRA MIRADA




La arena extiende el  misterio de la mirada, quema la soledad del que llega. Unos ojos dormidos en ti por el silencio, un acorde que te sostiene y  escribe en nuestras palabras cada paso. Se mira la interminable noche virgen, sentimos como el habla más profunda devuelve el silencio, y ahí no hay límites, la reserva se dice a sí misma, no impugna su sinceridad.



Sentir la luz
extraña, en su comienzo,
de niña ausente,
su visión, su ceguera,
no quieras conocerla.


Latir sobre otra
mirada, siempre ajena,
que te hace libre
en la orilla desnuda
sobre la sal y el tiempo.


Oir la quietud
del murmullo del mar,
aliento en danza,
adentro siempre sola
con su isla de cenizas.


Vibrar el nudo
del sueño, angel callado
que sobrevive,
su soledad deshecha
por pasion verdadera.


Hundir la luz
oscura, a tu llamada,
hacia mi nombre,
lugar vacío. Mira
ya tu sed sin mi sed.


La travesía del fulgor, 1998