Para Ana, siempre por la calle del mar
Las huellas de la luz en el árbol de la vida. Te sigo com mis pasos hacia el Atlántico, la tarde de espumas en el viejo malecón. Allí entregado a los ojos del tiempo, la figura y el rostro que ha detenido la tormenta, el árbol que sangra.
Domingo, 30 de mayo de 2004
Las huellas de la luz en el árbol de la vida. Te sigo com mis pasos hacia el Atlántico, la tarde de espumas en el viejo malecón. Allí entregado a los ojos del tiempo, la figura y el rostro que ha detenido la tormenta, el árbol que sangra.
Domingo, 30 de mayo de 2004
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