jueves, 8 de diciembre de 2011

EL SUEÑO INMEMORABLE




En estos arenales, o aquella morera,
escapabas en el silencio,
tuyo, en el sueño inmemorable.
Oías la cercada llama en la noche,
los golpes del mar,
todo aquello que alumbraste
apenas con unas palabras para nadie.

Ahora vuelves vertiendo las voces
en las lentas orillas de la sangre,
donde aun el verano, donde arde.


Julio, 2011 

martes, 9 de agosto de 2011

OTRA MIRADA




La arena extiende el  misterio de la mirada, quema la soledad del que llega. Unos ojos dormidos en ti por el silencio, un acorde que te sostiene y  escribe en nuestras palabras cada paso. Se mira la interminable noche virgen, sentimos como el habla más profunda devuelve el silencio, y ahí no hay límites, la reserva se dice a sí misma, no impugna su sinceridad.



Sentir la luz
extraña, en su comienzo,
de niña ausente,
su visión, su ceguera,
no quieras conocerla.


Latir sobre otra
mirada, siempre ajena,
que te hace libre
en la orilla desnuda
sobre la sal y el tiempo.


Oir la quietud
del murmullo del mar,
aliento en danza,
adentro siempre sola
con su isla de cenizas.


Vibrar el nudo
del sueño, angel callado
que sobrevive,
su soledad deshecha
por pasion verdadera.


Hundir la luz
oscura, a tu llamada,
hacia mi nombre,
lugar vacío. Mira
ya tu sed sin mi sed.


La travesía del fulgor, 1998

martes, 1 de marzo de 2011

LAS CUENTAS DE LOS BARES



La mañana es azul y restallante, paseo, me encuentro a un viejo amigo, charlamos de otro tiempo, temas sustanciales, algunas zonas de la ciudad  se parecen cada vez más a un parque temático para turistas sevillanos, me dice. La prensa anuncia el fallecimiento de Amparo Muñoz, descanse en paz esta hermosa y noble andaluza, la despreciable carroña, si no lo impedimos, esperará su tiempo para continuar. Seguimos divagando sobre esto y lo otro, le cuento una historia, se entristece, ficción amigo, tú lo conociste. A otro asunto, me habla de la musicalmente malograda Viola Wilss, de cuanto él trabajaba en una discoteca de la costa, no sé, esta mañana me dió por pensar en eso, pero le digo que eso está en otro libro, alguien pasa y me saluda. Era muy variado a su música, todas le interesan, con sus tiempos. Como echando las cuentas de los bares le escribo y le recuerdo, tú lo conociste bien.  Está el niño con su libro, tendrá siete años, precoz en la lectura, la alta tarima y la inmensa clase. Vamos a poner aplausos. Conoce bien la calles y las azoteas, como muy vivo. Después ayuda a sus compañeros mas rezagados,  pronto el rezagado lleva sotana y es clérigo necio. Para entrar en Babia hay que estar muy vivo, para mirar pasar las nubes, sin pastor ni rebaño. Un día llego un misionero de tierras lejanas -Edmundo era su nombre-y preguntó por el mundo y el hombre; -un animal racional- contestó el gitanillo. El maestro clérigo entró en cólera por salirse del texto, a Edmundo le encantó la respuesta rápida de aquel pequeño. El clérigo necio llevaba  entre los nudillos una llave antigua con la cual golpeaba en la cabeza de los últimos, como era clérigo necio y el niño vivo, cayó con estrépito. Vamos a poner la risa de los últimos.El rebaño le puso calle y busto. El que te quitó la llave sigue vivo, en Babia y niño, con esa –allí está San Pedro- no hubieras entrado en el Paraíso. La mañana es azul,  silbo una canción del maestro Barry White y recuerdo a Viola Wilss

domingo, 9 de enero de 2011

SINCOPE




Una llama de vida sobre el agua.
Giraba hacia sus bordes sombra y viento,
en tus ojos. La luz
era en los nombres viejos.


Hacia el sur, en el claro de tu historia,
se abrió la memoria en otro silencio.
Una llama de vida. Llevé sangre
sobre el frío final de noche y tiempo.