EL ESCOCÉS MR. TOMPSON Y LOS AFICIONADOS QUE QUIEREN QUE NO SE ACABE EL SALERO.
Hace algunos anos llegó a Sevilla
Mac Vean Tompson, escocés, gran aficionado a la práctica de toda clase de deportes. Hicimos amistad, y al
enterarte de que entre nosotros se jugaba al fútbol mostró deseos de presenciar
un partido. Fuimos a un encuentro de casa del campeonato de España entre el
Madrid y el Sevilla. Ganaron loa madrileños por cuatro a cero. Aquel Madrid
jugaba bien al fútbol. Creímos que nuestro amigo habría de aburrirse ante la
lucha de aquellos equipos, tan inferiores a los de su país; pero cuál no seria
nuestra sorpresa al observar con cuánto interés seguía los incidentes de la
lucha.
Al terminar el partido hubimos de preguntarle. —¿qué le ha parecido
esto? —Interesantísimo — contestó —.El equipo blanco—Madrid—tiene cierta noción
del juego: pero el rojo, Sevilla—no sabe absolutamente nada. —Entones ¿le habrá
gustado mas el Madrid? -No; me ha gustado más el Sevilla. La contestación nos
pareció incongruente e intentamos aclararla. —¿Cómo le ha gustado el Sevilla,
si dice usted que no sabe jugar? —No sabe jugar al fútbol; pera juegan a otra
cosa que resulta muy interesante y muy nuevo— ¿Eh? —He visto varias corridas de
toros en Bilbao, Madrid y Sevilla y esto de esta tarde se parece más a una de
esas corridas que al fútbol asociación que se juega en mi país Y resulta
bastante bien; yo creo que este juego, más perfeccionado, causaría en
Inglaterra verdadera admiración. —Usted está de broma, ¿verdad. Amigo Tompson?
Hablo en serio, esa manera de jugar es muy bonita. Cuando un jugador toma la
pelota hace con ella lo que le parece, sin preocuparse de. los compañeros y
trata, mas que de avanzar hacia la meta enemiga. burlarse, con ágiles quiebros;
del contrario que quiere arrebatársela. No se trata, por lo visto, de batir la
portería del enemigo, sino de que cada. jugador se divierta fantaseando y
haciendo cosas absurdas con la pelota... —Pero según usted, no es jugat al
fútbol. Ni es posible jamás ganar partidos. —y qué más da, El mejor deporte es aquel en que se logra un
buen ejercicio físico de la manera más
divertida posible. Ganar o perder el algo secundario, sin importancia. Yo
quiero ingresar en el Sevilla para divertirme también mucho.
Y, efectivamente,
Tompson jugó con el Sevilla varias temporadas y fue uno de los que contribuyeron a crear la escueta sevillana. Se perfeccionó la manera
sevillana de jugar al fútbol, única que interesaba a nuestro público, la
llegada de Kinké a las filas del Sevilla acabó de redondear el estilo
Pasó la época romántica. Vino el
profesionalismo ton su industrialización. del deporte y la necesidad de ganar
partidos n toda costa. Nuestros equipos van desechando ya su anterior
ineficacia combativa, con harto sentimiento do muchos aficionados antiguos y
castizos a quienes este cambio de táctica no les ha convencido todavía. ;Aquello
si que era fútbol!—suelen exclamar—. Esto de ahora es una cosa estúpida. sin
arte, sin esa migita de salero que le ponemos aquí a todas las cosas, aun a las
más raras. Pero se ganan partidos: —Y usted cree que yo voy al campo a ver ganar
a mi equipo. A mi lo que me entusiasma es ver cómo los nuestros, tan
chiquitiyos, le dan «coba a esos tíos grandes que vienen de por ahí arriba.
!Eso si que tiene salero!
OTERO
El Heraldo de Madrid, junio 1929