Leemos
un libro sin final,
donde el pensamiento nace,
en el aire que devuelve aire
el punto de muchas escrituras.
He llenado la oscuridad de preguntas,
de refugio de palabras
en la noche de la muerte de los otros.
He recogido
la subversión de páginas,
el sueño del libro.
Ahora,
fuera del tiempo,
devuelvo el signo
al fuego de la antigua ausencia,
salvado y destruido.
4 comentarios:
Los tres versos finales son tan extrañamente exactos. Devolver el signo al fuego de su ausencia, salvado y destruido.
Sugerir y definir, como en un sueño.
Un beso.
Gracias, Olga, por tus palabras. Hay presencia del desamparo que encuentra su expresión siempre en formas abiertas, descubre el sentido y el valor de una nada o la noche, muchas veces la literatura es desterrada, no así el lenguaje de la poesía que se convierte en conciencia.
Un beso
Muchas gracias por la entrada.
Gracias a ti, Ana, por tu visita y atención.
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