Del mar, ¿no lo recuerdas?,
nos viene a veces ese terror de vivir.
Saint-John Perse
Por la ventana la costa se oscurece, sus espejos ya no te reflejan. Con un terror silencioso, las máscaras y los signos de la noche son huecos en la arena de la infancia. Las olas y los años te hunden y te borran en un absurdo destino, en la visita de memoria y muertos. Palabras que el tiempo entrega derrotadas a una pasión solitaria.
Agosto, 2001
nos viene a veces ese terror de vivir.
Saint-John Perse
Por la ventana la costa se oscurece, sus espejos ya no te reflejan. Con un terror silencioso, las máscaras y los signos de la noche son huecos en la arena de la infancia. Las olas y los años te hunden y te borran en un absurdo destino, en la visita de memoria y muertos. Palabras que el tiempo entrega derrotadas a una pasión solitaria.
Agosto, 2001
6 comentarios:
Me gusta mucho esa "arena de la infancia·...Yo soy de las que cree que sin recuerdos no eres nada, un mero saco de huesos solitarios, pero eso tú ya lo sabes.
Un beso muy fuerte
Gracias Marisa, por tus palabras, ya sabes aquello de arte de la memoria.
Un beso
Quizá es uno de los textos más bellos que has colgado. No se trata sólo de lo que "cuentas", por muy meritorio que pueda ser, sino de cómo lo haces.
Y no sé cómo lo haces, pero lo haces muy bien.
Enhorabuena.
Gracias, querida Olga, por tus comentarios que sabes que aprecio mucho. Lo importante es crear esa "segunda naturaleza" que nos permita aproximarnos a lo que queremos expresar más allá -pero siempre sabiendo de donde venimos, llámese historia, tradición- de los géneros.
Un beso
Como dice Olga, creo que es de lo mejor que te he leído en esta bitácora. Bellísimo poema, Luis.
Un abrazo fuerte.
Gracias, querido Juan Manuel, que también sabes navegar con tus palabras por esas pasiones que compartimos.
Un fuerte abrazo
Publicar un comentario