viernes, 13 de noviembre de 2015

MANOLO OCAÑA Y LA ESCUELA SEVILLISTA



Rescatamos un fragmento de la entrevista hecha a Manolo Ocaña en Abril de 1926 para la revista Gran Vida. Manuel Ocaña Nieto fue uno de los mejores medios centros -o para usar expresión de la época, center-fall- que dio el fútbol español en aquellos años. También fue uno de los primeros jugadores en conjugar magistralmente técnica e inteligencia táctica, algo desconocido en aquellas fechas. Protagonista y testigo del nacimiento de la sin par escuela sevillista, cuando lo conocí, ya anciano, aun arrastraba su fama de jugador sin lucha y fuerza a pesar de su gran envergadura, algo que él desmentía con firmeza. Pero nos interesa resaltar aquí de la breve entrevista sus palabras sobre la escuela sevillista. 

-Sí en efecto – nos dice Ocaña- la escuela del Sevilla existe, y no solo sobrevive al tiempo y a los contratiempos, sino que cada vez se acusa con mayor lucidez. 

Kinké, desde luego, ha influido en ella notoriamente, pero el terreno estaba, está y estará perfectamente abonado, pues la idiosincrasia de nuestros jugadores la que facilita, y en cierto modo produce ella sola, natural y constantemente tales resultados. No es solo ya en Sevilla su titular el que presenta típica que aquel se le reconoce por todos. Claro que en ningún otro se refleja tan fuertemente como en el Sevilla; pero en todos se advierte algo de la misma gracia, del mismo alegre ardor, de idéntico pase corto y filigranado; es la tierra la que habla siempre, y si en tauromaquia hace brotar un Joselito, en materias balompédicas surgen un Brand y un Kinké, que es por temperamento el más sevillano de todos.



jueves, 12 de noviembre de 2015

LA LUZ DE LA HISTORIA


Por José María Aguilar

Cuarenta años se van a cumplir desde que en el otoño de 1975, no tan cálido en su San Martín, se acabaran los cuarenta años y se apagara para siempre aquella lucecita en el Palacio del Pardo, entre partes del equipo médico habitual. Solo unos meses antes, bajo la presidencia de Eugenio Montes, el Sevilla le dio un definitivo y caracolero regate, a lo konoplyanka, a una disposición dictada en plena posguerra que le obligaba como a otros clubes, a alterar la primigenia denominación de sus apellidos –Foot Ball Club- y orillar su origen británico, concretamente escocés, en el caudaloso río de la historia, como sí este se pudiera desecar, y adecuar su expresión a la locución Club de Fútbol. 

El tiempo, tenaz e inexorable, no solo termina por rehabilitar derechos o atributos o situar a cada cual en el lugar que le corresponde. También consigue, por una fuerza natural e insoslayable a veces asistida por la casualidad, que la memoria recupere acontecimientos a los que se les cubrió, consciente o inconscientemente, con el velo del olvido en parte o en todo. 

El descubrimiento por parte del Area de Historia del Club –memoria obligada a Agustín Rodríguez- de la crónica de constitución del Sevilla Fútbol Club, publicaba en marzo de 1890 en el –Dondee Curier- escocés, constituyó un formidable acontecimiento que ha forzado a rescribir muchas páginas, aunque algunos, pertinaces y tercos, por espurias razones, traten torpemente de rebatir sin un argumento –donde no hay rigor, hay literatura- una realidad incuestionable. 

Cuarenta años después de la recuperación del Fútbol Club en asamblea de socios, el Sevilla, ahora SAD pero siempre la misma entidad, someterá en la próxima junta general de accionistas la reforma del artículo nº 1 de los estatutos para incluir –que el Sevilla Fútbol Club se fundó el 25 de Enero de 1890 como asociación privada de carácter cultural y deportivo. El proceso registral de la misma se completó, según la normativa vigente, el 14 de octubre de 1905- brilla así la luz que todo lo manifiesta. La luz de la historia. 

ABC de Sevilla

miércoles, 11 de noviembre de 2015

ASÍ JUGABA SPENCER



Por Guardianes de la Memoria


Con ocasión de su fallecimiento, y dada la importancia que en toda la España futbolística tenía el personaje, bautizado por Ricardo Zamora, como “el mejor footballer de Andalucía”, se publicó en “El Pueblo: Diario republicano de Valencia”, el día 16 de marzo de 1926, una semblanza del extraordinario inside-right blanco, prototipo de la escuela sevillista de fútbol, resumiendo sus cualidades de la siguiente manera: 

 “Era, quizá, uno de los elementos más antiguos del Sevilla F.C., en cuyo equipo se hizo jugador, llevando más de diez años, figurando como titular del primer once, y casi siempre en el mismo puesto de interior derecha. Jugó también en el extremo de dicha ala.  

Fue uno de los más aventajados discípulos de la famosa escuela preciosista andaluza, la cual poseía asimilada completamente, sin que ello no fuera óbice para que cuando debió emplear otra técnica, la practicase lo mismo que la suya clásica. 

Sobresalía en él una gran velocidad al correr el balón, y burlaba en rápidos y precisos driblins a cuantos se le ponían por delante, rematando casi siempre con un shot fulminante y cruzado, que era difícil de detener. 

Poseía además gran precisión en el pase, mucho juego de cabeza, agilidad, colocación y mucha facilidad en desmarcarse. 

Como internacional, sólo jugó una vez, el III contra Portugal, en Sevilla, formando un ala junto a Piera, peligrosísima y que, según opiniones autorizadísimas, pudo, de consolidarse, ser la indiscutible nacional. 

Con su club el Sevilla, fue muchas veces campeón de su región, y en la temporada 22-23, firmó por el Español y la Federación Andaluza y su club no le dieron la baja, y no pudo formar el once catalán, en el que llegó a jugar algunos partidos amistosos.”

La Palangana Mecánica

domingo, 8 de noviembre de 2015

LAS VÍRGENES DEL MAR



En el viejo amanecer se transparenta el azul, es ligero como los juegos de un niño, radiante como su vida, sería difícil abrazar otra claridad. El tiempo son las arenas bajo las aguas y el sol, las rutas de un gozo no aprendido, en ese gozo velan los rostros, los cuartos cerrados donde aun resuena el mar. Nunca pensaste en un otoño que entre la sombrosa tarde trajera ese milagro del vivir.

viernes, 6 de noviembre de 2015

EL JUEGO DEL SUR



Ya lo señalaba “Galerín” en su crónica del partido entre España y Portugal de 1923, escribía sobre cierta desilusión del público sevillano ante la rudeza de la selección española, acostumbrado a la plasticidad y belleza de la escuela sevillista. 

 “Spencer fue el que más juego dio a la línea. Pasó de todas formas y con facilidad. A Piera le sirvió constantes balones y a Zabala también. Hizo magníficos cambios de juego a los extremos, y en suma, fue del ataque el que más sensación dio de saber fútbol raso y de colocación. En cambio a él no le dieron ningún balón colocado por bajo, sus compañeros de línea, sobre todo Zapata y Alcántara, constantemente hacían globitos con los pies y la cabeza, y en estas condiciones Spencer no pudo desarrollar su eficacia ante el goal. Solamente una vez la pasó bien Samitier, y consiguió un tiro a la puerta escalofriante, rebotando el balón en el larguero”