Ya lo señalaba “Galerín” en su crónica del partido entre España y Portugal de 1923, escribía sobre cierta desilusión del público sevillano ante la rudeza de la selección española, acostumbrado a la plasticidad y belleza de la escuela sevillista.
“Spencer fue el que más juego dio a la línea. Pasó de todas formas y con facilidad. A Piera le sirvió constantes balones y a Zabala también. Hizo magníficos cambios de juego a los extremos, y en suma, fue del ataque el que más sensación dio de saber fútbol raso y de colocación. En cambio a él no le dieron ningún balón colocado por bajo, sus compañeros de línea, sobre todo Zapata y Alcántara, constantemente hacían globitos con los pies y la cabeza, y en estas condiciones Spencer no pudo desarrollar su eficacia ante el goal. Solamente una vez la pasó bien Samitier, y consiguió un tiro a la puerta escalofriante, rebotando el balón en el larguero”
No hay comentarios:
Publicar un comentario