domingo, 21 de junio de 2015

SEVILLA SENTIMENTAL



Todos los fuertes paradigmas admiten muy poca literatura, quizás porque irradian un centro secreto en forma de reflejo luminoso.  Poca literatura,  pero muchas historias llenas de lugares comunes, tópicos y caricaturas.  Recuerdo la ciudad que viví,  no la que me contaron ni recreada, la ciudad de los sesenta, silenciada y olvidada, ahora que tantas  modas de turistas y sevillanos guiris son su mayor amenaza. El sevillano guiri, curioso tipo que abunda, nació en el extrarradio, en aquellas oleadas migratorias de los sesenta, tienen un cierto idealismo bobo sobre la ciudad histórica,  retomando una crónica blanda y superficial de la cultura popular. Siempre me parecieron la emigración más triste y acatetada. Entonces la ciudad silenciada tenía un paisaje celeste, se podía uno mover por todo un barrio y calle a través de sus azoteas. El turismo es una gran amenaza, decía,  yo mismo ya guardo silencio ante rincones e historias, pasaron los tiempos del gozo de enseñar los secretos de una ciudad dormida, aunque algunos ya se les ponga semblantes de cronistas sentimentales de un nuevo mediterraneo y vengan, en el colmo, a descubrirnoslo. Sevilla sentimental, fue un misterio con muy mala prosa y peor historia. Ayer lo recordé, va a ser la ultima, ante un querido rincón y el recuerdo de la visita de Rossi a mediados de los setenta, allá en el ultimo pretil más alto que mi casa natal y de su mismo arquitecto, recoraré sus palabras pondré el cartel de STOP TURISMO, STOP GUIRIS.


"Valvanera...es una casa y una calle, un puente y un camino, el término pasaje "passaggio", supera la definición topografica para significar el paso a una nueva arquitectura donde la gente se encuentre y sea libre, donde la realidad sea la base y el objeto de la imaginación. Valvanera podría ser una novela o una película; para mi es uno de los monumentos de Sevilla. Aldo Rossi

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