domingo, 17 de febrero de 2013

MARIFE



Por Francisco Garrido

La voz sonaba en el corral de vecinos, venía de algunas radios y era domingo y era primavera y hacía sol; la pobreza y el dolor, la memoria silenciosa de los fusilados, el recuerdo de los exiliados y los presos no podían tapar la alegría de vivir, la pena negra del desamor, la pasión de los celos, las “torres de arena” de la existencia. La voz tenía cuerpo y yo la puede ver por primera vez en el Teatro San Fernando, cantaba y contaba historias; era Marife que ya se nos ha muerto. 

Marife era la copla y la copla era el archivo sentimental y la banda sonora de la vida de muchas mujeres y homosexuales (entonces les llamaban “mariquitas”) de Andalucía. En medio de tanta miseria y opresión esas mujeres y eso mariquitas nos enseñaron a querer, a compadecer, a llorar, a enloquecer por un amor que siempre es imposible (por eso es amor). La copla, sin saberlo, ya era lacaniana. Cuando leí, muchos años después, los textos de los Seminarios de Jaque Lacan tenía una vaga sensación (como de Dejavu) de que eso ya lo había escuchado antes. Un día lo vi claro, era la copla, ahí estaba el verdadero tratado del deseo que sólo “desea desear”. “Amar es dar lo que no se tiene”, decía Lacan y eso lo aprendí escuchando a Marife, a Juanita, a Lola, a Gracia. Supieron sacar azahares del estiércol, besos de la inmundicia. 

La copla es como los espirituales de nuestra esclavitud. Se canturreaban cuando se fregaba, cuando se planchaba, cuando los mariquitas pintores de brocha gorda encalaban una habitación (en los corrales no había casa sino habitaciones). Pocos productos más estéticamente exquisitos, más sentimentalmente refinados he conocido en mi vida. La copla nos cuenta historias propias de altos personajes en destierro. 

Seguro que su voz suena otra vez en los nuevos corrales, que ahora llamamos corralas. La corralas alegría, utopía, esperanza. Allí, seguro que hoy muchas mujeres seguirán escuchando la voz de Marife entre el miedo, la pasión y la esperanza: “Todo es mentira, todo es quimera, todo es deliro de mi dolor”.


2 comentarios:

Laureano Rios dijo...

Buena entrada para, como tu has señalado y por ese orden, maravillosa persona, mujer y artista.

Ana Garrido dijo...

Grande Marifé, orgullo de Sevilla, otro más y van..hoy la ciudad está un poco más triste.

Besos