Donde está decretada la muerte
está la vida, y en esa búsqueda la intimidad aún sin modos metafísicos hay una
ausencia de pasión de la carne que se vuelve transparencia con los ritos. La
narrativa que envuelve la experiencia de la fe es luminosa antes que la devaste
la racionalidad. Aún así, el hecho psíquico no quiere resignarse y como
recuerda Spinoza, “un hombre libre no piensa en ninguna otra cosa menos que en
la muerte. El núcleo del sentido del rito busca y enlaza infancia y muerte.
EL SOL Y EL TRIGO
El canto en la mañana,
abierto
en el libro de los días.
Quise
revelar el nombre
que escapaba a nuestros labios.
Lejos,
entre tinieblas,
había un camino hacia la muerte.
Las palabras y el silencio
dibujan en la ausencia tu sueño,
la distancia que el rito sostiene
te ha dado los nombres y el camino;
sentir la luz
y llorar tanta belleza.