martes, 13 de octubre de 2009

LA PALABRA LLAMADA



Olga Bernad
Caricias perplejas
Siltolá


Para quien se esfuerce (estas poesías lo merecen y consiguen) en leer con un ánimo justo este primer libro de poemas de Olga Bernad, debe considerar como su núcleo una afirmación de contrarios, la voz de no estar sola y admitir las verdades de los espacios opuestos, mesurada y entregada, escritura que es un propósito para formarse, para buscarse, completamente extraños a su movimiento. Estamos pues ante una obra que enlaza con la línea que Broch remitía a toda la paradoja de la comunicación, la que establece las relaciones en su imposibilidad y su amplio alcance, lo que nos une lo que nos separa, un fuerte simbolismo de intercambio, pasión que lleva la diferencia. En el narrar de su verso cuida el aspecto de no sobrepasar los límites de su sitio, fórmulas justas y no obstinadas y definitivas, a veces su irrectitud abre en su lenguaje otro poder, tiende en lo neutro a suspender la función atributiva de los poemas, como si fuera una metáfora venerable. Este intenso libro poético tiene la andadura versal que al leerlo nos conviene, sin permitirse estar en un todo acabado, sin exceso de declaración, con la frecuencia de un oficio apasionado, con la palabra llamada.




Mi querida amiga Olga Bernad mantiene también un hermoso e interesante blog, “Caricias Perplejas”, donde nos va entregando a amigos y lectores su generosidad y talento.

9 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Querido Luis, tantas veces he venido por aquí a leer reseñas de magníficos escritores... quién me iba a decir que, un tiempo después, sería un libro mío el que formaría parte de tus leyendas. Muchas veces te he dicho que pareces acariciar lo que lees; en este caso, esa caricia da de pleno en mi perplejidad:"estamos pues ante una obra que enlaza con la línea que Broch remitía a toda la paradoja de la comunicación, la que establece las relaciones en su imposibilidad y su amplio alcance". Perdida en esa paradoja, con todo lo encontrado en el camino, fui escribiendo esas caricias inventadas, llamando a las palabras que acudieron, tocándolas con mi voz y abandonándolas por fin en unos cuantos versos. Ahora ya son de los demás. Gracias por recibirlas con tanta generosidad y cariño.
Un beso.

Efi Cubero dijo...

Felicidades a Olga Bernad por ese libro magnífico. Y a Juan Manuel y a Luis por sus palabras...Un poemario así debe leerse, y releerse, por la alta poesía que contiene. Un abrazo y éxito, querida Olga.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias nuevamente a ti, querida Olga, por tu hermoso libro y amistad.

Un beso

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, querida Efi, suscribo tus palabras, y como es mi intención en la entrada, un libro que debe leerse y releerse.

Un beso

Olga Bernad dijo...

¡Mil gracias, Efi!
Qué milagro verte por la blogosfera;-)
Un honor para mí, que te agradezco en el alma.

Juan Manuel Macías dijo...

Una reseña preciosa y precisa, querido Luis. Y el libro lo merece. Cuánto siento no haber podido estar allá con vosotros. Y gracias a Efi, también, por sus palabras.
Un abrazo grande.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias Juan Manuel, y muchas felicidades por el hermoso prólogo al libro. Donde una vez más das muestras de tu visión y saber buen hacer.

Un fuerte abrazo

ONDA dijo...

Bonitas palabras para bonitos versos, estimado amigo.
No se si pudiste participar de esa reunión sevillana que debió ser memorable.
Fuerte abrazo

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, Ignacio, por tus palabras. En efecto, estuvimos allí compartiendo unas gratas horas con nuestra querida amiga Olga.

Un fuerte abrazo