La lectura nos compromete, un compromiso de desprendimiento. Fueron mis palabras lo abrazado a la última lámpara del atardecer, palabra posible en su propia disolución. Todas las palabras esenciales vendrán en esa última luz, las palabras devueltas en una borradura. El acontecimiento poético estaría en el inventario formal de una aprendizaje de la soledad, una insistente obsesión por la muerte de la palabra, un otoño de su simbolismo, cuando deja su lugar a una cesura que muestra la escisión.
Tú no sabes de exilios, tú duermes
en el agosto remoto,
en la demora en el fuego del sueño,
con el silencio y el viento
en el ramaje del horizonte.
Piensas
extenderte aun por huellas de sombra,
aguardar los remotos signos del mar,
mirando
tus pasos en las arenas,
el regreso
oscuro a las aguas calientes.
no ha de extinguirse tu lejanía,
tu figura extraña
en la memoria de las huellas.
Como la oscura noche
sobre la última lámpara,
tú no sabes de exilios, tú sueñas
en el silencio que se nombra,
sin afuera,
como anuncian el vacío o la sed,
sombra a sombra sobre lo borrado
lentamente en lo oscuro.
6 comentarios:
Qué cierto, la lectura nos compromete.
"Como anuncian el vacío o la sed,
sombra a sombra sobre lo borrado
lentamente en lo oscuro".
Precioso y limpio, misterioso.
"Aguardar los remotos signos del mar"
Da gusto venir.
Bellísimo, Luis. Cuánta verdad y lucidez en esas imágenes.
Un abrazo grande
Gracias, querida Olga. La lectura y escritura con su despliegue simbólico, aquella moneda de Herchok y su trozo perdido, y ese desandar y buscar.
Un beso
Gracias, Juan Manuel, me alegro de que te guste. Breves intentos de aproximación a esa escritura que se dibuja y se anuncia en la soledad.
Un fuerte abrazo.
Querido Luis, sabes bien cómo me gusta este estilo tuyo tan puro y sobrio, tan profundo y humano. La búsqueda a través de la palabra, la luz, y esa suerte de exilio inevitable del que , tal vez, nos salva la poesía.
No sé si me repito, pero eso es lo que siento cuando leo tus poemas.
Un beso.
Muchas gracias, querida Marisa. La búsqueda en un continuo desprendimiento, como tu bien dices. Siempre son nuevas tus palabras y tu atención.
Un beso
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