Hace unos días que han vuelto a instalar el monumento a Manolo Caracol en su Alameda. Como un personaje de Rostend, voy con mi madre por los sueños que acaban de nacer, dándole aun vida y memoria al misterio de lo que ya nunca, a mi abuela Amparo y a mi tío José Cortés, en esta geografía y rito perdido del cante y la sangre.
4 comentarios:
No pueden ser mas breve y emocionantes tus palabras, la historia, la memoria y el recuerdo personal tan bien entrelazados. Manolo Caracol, sin duda, se merece este recordatorio.
Saludos.
Gracias, Francisco. Toda historia vivida es inagotable, ya sea por uno o por las personas que queremos o apreciamos, la visión que abren es fundamental.
Saludos
Cuando yo era chica me regalaron unas castañuelas, y mis tías siempre decían:"Mirala si parece que veo a su abuelo Manolito bailando la zambra mora de Manolo Caracol".Es curioso, siempre ha ido ligado a mis recuerdos del sur, ese sur que nos fue arrebatado. Besos
Gracias, Marisa. Espero que te llegue ese recuerdo desde mi Alameda, una de las cunas fundamentales del flamenco.
Un beso.
Publicar un comentario