Por Lagar vienes recordando con este pequeño libro en la mano, tú me enseñas la ciudad con tu silencio, yo te convoco para no perderme;
Y tus bienaventurados ojos
miran en la apacible
eterna claridad
F. Holderlin
Y tus bienaventurados ojos
miran en la apacible
eterna claridad
F. Holderlin
4 comentarios:
"Tú me enseñas la ciudad con tu silencio,yo te convoco para no perderme..." qué frase tan hermosa en su desnudez.
Un abrazo Luis.
Gracias; Marisa, por tus palabras. Encarnamos lo que fue, lo que somos, lo que será. La amplitud de esa visión es inmensamente valiosa, es la voz y la memoria persistiendo siempre hacia el futuro.
Un beso
Y esa devoción por su ciudad, tú nos la traes aquí para que los demás la disfrutemos.
Cuánto significan en ocasiones las cosas, los libros que pertenecieron a ellos..
Un abrazo fraternal y sentido de pésame compartido
Gracias, amigo Ignacio, siempre presentes aquellos que nos dieron la vida y nos enseñaron a mirar la ciudad.
Un fuerte abrazo
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