domingo, 1 de febrero de 2009

MAESTRO ECKHART



MAESTRO ECKHART
Para los salmistas que alumbran la pobreza
y su viejo canto “Creeremos en la Redención y en la Misericordiaª



Invocas el nombre desconocido,
la soledad necesaria en tu muerte,
hay un desierto de la divinidad
que recorres sin temor, sin saberlo.
Tras las huellas de tus antepasados
caminas con las palabras antiguas,
las que eran al principio solo luz.
Desierto y noche regirán tus días,
palabras contra palabras. Desnudo
de los sueños, volverás por tus pasos
a la casa del alma, dolor y hombre.



Sevilla, Marzo 1995

4 comentarios:

Marisa Peña dijo...

Serenidad, belleza, recogimiento...Un ambiente de búsqueda y encuentro. Todo eso he sentido al leer este poema.Me ha gustado especialmente esa imagen poética de "las palabras antiguas que al principio eran luz", y la de "palabras contra palabras". Gracias por la belleza.
Un abrazo

Olga Bernad dijo...

Hay un desierto de la divinidad", sí, es fácil reconocer esos versos como algo sentido. Y el recorrer todas las palabras, unas contra otras, puede convertir muchos días en noches. Me gusta esa vuelta final, desnudo de sueños, a la casa del alma, aunque sólo pueda hacerse siendo lo que somos, "dolor y hombre".
Todo un recorrido de ida y vuelta en once versos.
"De profundis", me ha venido a la cabeza. Y una voz en calma.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, Marisa, por tu siempre generoso e inteligente comentario. Nombras uno de los pilares de su metafísica; la serenidad, el reposo. Hegel, que lo admiraba, siempre señaló esta virtud. Espero haber reflejado algo de esto.

José Luis Garrido Peña dijo...

Gracias, Olga, tus apreciaciones siempre sugerentes.También señalas elementos fundamentales como la noche, la de los místicos, el movimiento de negación, día y noche. La noche para llegar al día espiritual de la presencia. En fin, viejos y pequeños homenajes literarios de tantos autores y lecturas.