miércoles, 5 de noviembre de 2008

THOMAS MANN


El alejamiento del mundo y las señales apocalípticas transitan por la obra de Thomas Mann en extrañas inversiones. En la raíz de su discurso está el resquebrajamiento de la sociedad burguesa; su trayectoria es una liberación de su misma literatura para literatos, la lucha con los fantasmas personales y de la época que muestren la condición desnuda del hombre. Bajo las sombras de la Biblia, de Nietzsche y de Goethe, olvidará la vieja ironía hacia el camino de la obra total, un testimonio de soledad y de angustia. En sus mejores obras hay un deseo descarnado y extremo de autenticidad, todo lo que le rodea está en función del drama personal, pasión entre vida y arte. Desde la montaña mágica, también nos manifiesta que el hombre no solo está hecho de muerte, sino de esperanza y de comunión.

3 comentarios:

Marisa Peña dijo...

Thomas mann es uno de esos autores cuya lectura no nos deja nunca indiferente. Recuerdo mi experiencia con La montaña mágica. Un libro complejo, denso pero impactante. Yo también percibí ese "deseo descarnado de autenticidad" y ese afán de ir hacia alguna parte...
Un placer leerte
PD. Leí la recomendación que me hiciste: tenías razón, Múgica me encantó. Gracias por el descubrimiento.

María dijo...

Considerar todo cuanto nos sucede como accidentes o episodios de una novela, a la que asistimos no con la atención sino con la vida. Sólo con esa actitud podremos vencer la malicia de los días y los caprichos de los acontecimientos.
F.P

Mann es otro de los grandísimos maestros...vigilantes de las soledades ajenas¡¡

Violette dijo...

Fué La montaña mágica, entre los libros que alcancé a leer de este escritor, el que más tiempo me acompañó. En aquel entonces comenzaba mis estudios de farmacología y me pareció increíble encontrar en una novela tantas referencias sobre medicina y fisiología humana. Trabajó la psicología de sus personajes con igual precisión.
Me quedo con tus últimas palabras.