miércoles, 15 de octubre de 2008

JUAN CARLOS ONETTI

Si no estamos tan cansados como Onetti, si recordamos a su prima lejana Margarite Duras, porque ya no hay juegos ni frivolidades, pero seguimos siendo compasivos con todos, dejando a los demás certificar sus logros y errores, sin pedantería ni arrogancia, entonces la apuesta es única e irremediable, otro acto de fe, otra poética, otra excusa para el mutis.
"Durar frente a un tema, al fragmento de vida que hemos elegido como materia de nuestro trabajo, hasta extraer, de él o de nosotros, la esencia única y exacta. Durar frente a la vida, sosteniendo un estado de espíritu que nada tenga que ver con lo vano e inútil, lo fácil, las peñas literarias, los mutuos elogios, la hojarasca de mesa de café. Durar en una ciega, gozosa y absurda fe en el arte, como en una tarea sin sentido explicable, pero que debe ser aceptada virilmente, porque sí, como se acepta el destino. Todo lo demás es duración física, un poco fatigosa, virtud común a las tortugas, las encinas y los errores."

No hay comentarios: