miércoles, 13 de agosto de 2008

PERFECTAMENTE RECUERDO




Bajo la maestría de Rilke y Holderlín, Joan Vinyoli nos evoca un sentido oratorio del poema; la pérdida le revelará el secreto del encuentro. Sus paisajes, hasta sus últimos días, serán una huida al paraíso.







Perfectamente recuerdo que venías
por la calle del mar, con fuego en los ojos,
cuando me viste en la oscuridad donde te esperaba.
Sin decir nada fuimos a una calle
del viejo arrabal, terroso y pedregoso y empinado,
y, allí, contra la tapia de un huerto nos abrazamos
bajo la noche, deprisa, no fuera que nos viera alguien;
y cuando el gozo fue cazado hasta el latido convulso
salí de tu cuerpo y nos separamos corriendo,
y, mas tarde, nos encontramos y nos miramos como si fuésemos
otros, ya por siempre unidos.


Trad. L. Guell y F. Valls

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